Los mercados digitales en Colombia han tenido una rápida e intensa evolución durante los últimos cinco (5) años, en especial durante la pandemia del Covid-19. De hecho, de acuerdo con el Índice Mundial de Comercio Electrónico diseñado por la UNCTAD, Colombia es hoy uno de los cinco (5) países más avanzados de Latinoamérica en su capacidad de soportar las transacciones en línea.
Estos resultados han tenido un desarrollo por etapas, dado que, en distintos momentos de la pandemia, se han evidenciado distintos fenómenos políticos y sociales que han impactado la economía de forma distinta.
La primera etapa tuvo lugar durante el primer semestre de 2020, cuando el gobierno colombiano aplicó estrategias de distanciamiento social para combatir la propagación del virus, llevando a todo tipo de negocios a cerrar sus puertas. Esto obligó a que la mayoría de las industrias tuviesen que incorporar herramientas tecnológicas en los procesos de producción, tornándolos de manera digitalizada y permitiendo que tanto oferentes como demandantes continuaran participando en el mercado desde sus casas. Adicionalmente, se resalta que esta circunstancia también conllevó a cambios radicales e imprevisibles en los hábitos de consumo, lo que generó nuevas oportunidades de negocio.
La segunda etapa comenzó al finalizar el aislamiento preventivo obligatorio, aproximadamente en agosto del 2020. Durante esta etapa, las ahora más desarrolladas industrias digitales, fueron utilizadas como principal combustible de la reactivación económica por medio de medidas tales como los “días sin IVA”, que obtuvieron resultados palpables y protagonistas. De hecho, según cifras de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, esta medida generó (i) un aumento del 712% en el promedio de ventas en línea en comparación con un sábado común, (ii) ingresos equivalentes a $ 1.2 billones de pesos, (iii) cuatro (4) millones de transacciones digitales, entre otros efectos que superaron las expectativas.
Durante la tercera etapa hemos visto que estos avances tecnológicos, han venido constituyendo un contexto propicio para el desarrollo de nuevos negocios, los cuales se involucran en las áreas de analítica de datos, marketing digital, servicios de soporte tecnológico y transformación digital, entre otros.
Esto, ha venido generando nuevos y grandes retos tanto para las autoridades que vigilan estos mercados nacientes, como para los oferentes y demandantes que participan en ellos debido a la estrecha relación entre el derecho de la libre y leal competencia, el derecho del consumo, de la propiedad intelectual y, por supuesto, de la protección de datos personales.
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